Al pasar los días ya solamente no le vende a ella si no que a 20 personas del mismo edificio y pues yo no tenia trabajo de ahí tome la decisión de quedarme en Santiago de chile, de pasar a vender 20 almuerzos diarios en un mes ya estaba vendiendo 50 almuerzos muy feliz estaba. Se lo informé a mi familia y les dije vamos a tener un pequeño restaurante de cocina colombiana, todos se pusieron felices porque sabían que era lo que me apasionaba.

Nos fuimos poniendo cada uno una función para que ese sueño de tener un pequeño restaurante de cocina colombiana se hiciera una realidad, salimos en busca de un local donde uno de mis hijos encontró un local pequeño y justo lo que estábamos buscando, no teníamos plata para pagarlo, hablamos con el dueño y el señor al probar mis almuerzos dijo señora chef tienes unas manos benditas te voy a Pazar el local y me lo pagas como puedas. Todos en casa estábamos felices con lo mucho que habíamos conseguido en tan poco tiempo ahora somos un restaurante muy nombrado en las calles de Santiago de chile por nuestra atención y lo mas importante la sazón Mira que soy la chef de mi propio restaurante de comida colombiana tenemos variedad en platos criollos y mariscos algo que le faltaba a chile en la gastronomía colombiana.